miércoles, 22 de julio de 2009

Montes de Dios. Lugares para crecer...

Presentación
Una de las grandes interrogantes que se nos plantea como Cristianos (Pueblo del nuevo pacto) es el espacio o más bien el valor que debe tener el Antiguo Testamento como Palabra de Dios hoy. La verdad es que el problema no es tan complejo como parece. Basta con decir que el Nuevo Testamento tiene como base el Antiguo, sobre todo en cuanto a lo que este último dice acerca de Jesús. No nos olvidemos que los escritores bíblicos del nuevo testamento tienen una espiritualidad formada por el antiguo testamento sobre todo por los escritos proféticos y el Deuteronomio. Sin duda que la nueva realidad en Jesucristo eliminó ciertas ideas y prácticas religiosas, pero también afirmó otras (Dios de pactos, promesas, fe como entrega, nueva creación, gracia, esperanza, liberación, etc.). Lo que propongo con este estudio de ciertos “montes” bíblicos es que en ellos y más que nada en la “revelación” de Dios en ellos el Cristiano/a encuentra una significación de ciertos momentos espirituales y humanos con Dios. Los montes son muy importantes en la Biblia. En algunas partes son símbolos de fertilidad (Dt. 33. 15; Jer. 50: 19; Miq. 7: 14), también son lugares de refugio (Jue. 6: 2; 1 Sam. 14: 21-22; Sal. 68: 15, 22; Mt. 24: 16), son símbolos de continuidad eterna (Dt. 33: 15; Hab. 3: 6) y estabilidad (Is. 54: 10). Son también el escenario para que haya manifestaciones de Dios. Como vemos los montes en la Biblia son importantes y dignos de estudiar.
Introducción
El salmo 121 reza en el verso 1: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” (RV 1960). En la Biblia Dios Habla Hoy dice de este mismo texto: “Al contemplar las montañas me pregunto: ¿De dónde vendrá mi ayuda?”. Este salmo se ubica desde un punto de vista literario en la sección “Salmos de subida” que abarcan desde el salmo 120 al 134. La particularidad de estos salmos es que se entonaban en momentos en que el pueblo iba (subía) a celebrar a Jerusalén una de las fiestas anuales (ref. Lev. 23).Es sabido que Palestina es una tierra que comprende una gran cantidad de montañas y cerros, es así que Jerusalén está fundada a más de 750 metros de altura. Entonces, la pregunta del(los) salmista(as) resulta lógica en cuanto invocan una idea religiosa de los montes. Éstos eran lugares cargados de significado religioso. Es más, el gran problema que se les plantea al pueblo son las concepciones religiosas de pueblos ya existentes a la llegada de los Hebreos a Canaán. Baal es el “dios que anda en carro sobre las nubes, el dios de las lluvias, de las tormentas, que reside en las montañas. (Croatto 107: 1995). Agregamos entonces que los montes o montañas cumplen una función religiosa, política y militar:a) Religiosa en cuanto las divinidades (sobre todo Baal) habitan en los “lugares altos”.b) Política en cuanto delimitan el imperio, actuando así como “fronteras naturales”.c) Militar porque una fortaleza ubicada en alto era y es casi imposible de caer en batalla.Jerusalén por antonomasia es “la gran montaña”. Allí habita la presencia de Jehová.Propongo entonces estudiar 5 montes que edificaran nuestras vivencias de fe. A saber, monte Sinaí, monte Moriah; monte Carmelo, monte de los olivos, y monte de Sión.
MONTE SINAÍ[1]. Lugar de conversión y algo más. Éxodo 3: 1ss.
Este monte significa el momento en el cual Dios nos sale al encuentro. Dios llama a Moisés de en medio de la zarza ardiente, símbolo de una divinidad del desierto. Croatto agrega: “La hierofanía de Dios (manifestación de lo sagrado, pár. mío) ocurre en un lugar santo, probablemente un santuario (v.5)… Josué –sucesor de Moisés- vivirá una experiencia parecida en un momento crucial de la historia de Israel (Jos. 5: 15). Grandes vocaciones, como las de algunos profetas, nacen en medio de una teofanía solemne (revelación o manifestación de Dios, Pár. Mío). (cf. Is. 6; Jr. 1 y Ez. 1)” (Croatto 58: 1995).Sinaí es entonces, el momento en el cual Dios nos impacta con su presencia. Hasta el capítulo 3 de Éxodo, Moisés es un asesino-prófugo, que tiene como tarea cuidar las ovejas de su suegro Jetro.Ahí está Moisés. Alguna vez vivió en un palacio, sin ninguna preocupación de su futuro. Lo que pedía en el palacio de faraón se le daba. Solo bastaba su voz, su orden y sobraban criados para satisfacer sus deseos.Alguna vez fue enseñado en toda ciencia. Aprendió de arquitectura con los más grandes tutores. Se le enseñó a diferenciar entre tela y tela; aquellas dignas de reyes y otras que usaban los esclavos. Seguramente aprendió de empresas, no por nada Egipto era una súper potencia. Imagine el clima del desierto, mucho calor en el día y frío bajo cero en la noche, pero aún así vio el desierto nacer grandes estructuras arquitectónicas; fruto de una administración exitosa.Quien lo viera ahora diríamos usted y yo. De un palacio a las montañosas tierras de Madián. Si tenía algún deseo, algún anhelo de algo, cualquier cosa; debía guardárselo, ya que a pesar de su tiempo con las ovejas, éstas aunque dóciles y tiernas, no lo entenderían.Quién lo vio y quien lo ve. Toda estructura imaginada en el paisaje rocoso, fruto de su acervo teórico arquitectónico, solo podrían alojarse en su fantasía. Aquellas montañas lejos de moverse en pro de una obra de ingeniería, se quedarían ahí, donde Dios las puso.Quien lo vio. Solo cuenta ahora con un cayado para dirigir a sus ovejitas. No importaba si se le ocurriera alguna estrategia para optimizar el movimiento de las lanudas; no importaban las estadísticas, ni gloriosas charlas motivacionales; de un punto a otro, solo eso debían hacer sus ovejas a cuidar, ir de un punto a otro.¿Quién era Moisés? Nadie, un don nadie. Un hombre maduro de edad, que no había logrado nada en la vida. No ejercía ninguna profesión aprendida en Egipto. No poseía herencia alguna, es más, era un extraño en tierras que no lo vieron nacer.Es aquí que el relato de Éx. 3 nos impacta. El verso 6 muestra la credencial de Dios: “Yo soy el Dios de tus padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”.Dicen que “la curiosidad mata al gato”, en este caso la curiosidad de Moisés al mirar la zarza que arde y no se consume, le trajo VIDA. En esta escena se conjugan todos los elementos mencionados antes de la vida de Moisés. Dios remueve la vida de Moisés al presentarse como el “Dios de los padres”; es decir, el Dios que cumple sus promesas. El Dios al cual no le importó nuestra historia pasada. Dios que sale al encuentro para cambiar radicalmente las vidas que él escoge como hijos.Este monte es muy importante en nuestras vidas. Es el monte en el cual nos encontramos con nuestras verdaderas historias. La historia que Dios escribió para nosotros. Muchos/as llevan hoy un peso en sus espaldas por la historia que hasta hoy han escrito; historia de logros y fracasos, pero en ningún caso de felicidad plena. Solo el encuentro con Dios, a los pies de la cruz nos da sentido para vivir.En este monte Dios recuerda y nos recuerda sus promesas. A Moisés le bastaba solo decidirse a acompañar al “Dios de los padres” en sus actos de liberación hacia su pueblo. A nosotros nos queda pedir aumento de fe y entregarnos completamente a este Dios que no olvida sus promesas.
MONTE MORIAH[2]. El lugar donde Dios prueba nuestra fe. Génesis 22: 1ss.

Cuando uno lee la Biblia, principalmente si llevamos años en el evangelio, tendemos a “desencarnarla”. Decimos que su mensaje “espiritual” es lo más importante. Nuestra lectura se transforma en una lectura dualista, o más bien “docetista”[3] de las Escritura. Y da la impresión que este enfoque es piadoso, pero no tiene nada de eso, es una lectura Anti-Cristiana (“el Verbo se hizo carne”). La lectura “espiritualizante” de la Biblia bebe de un mal concepto del ser humano mismo. Me refiero al “dualismo antropológico”, que define al ser humano como cuerpo-alma (o espíritu) siendo lo segundo lo más importante: “el cuerpo es la cárcel del alma, el lugar donde ésta se hace esclava de lo material y lo pasional[4]” dice platón[5]. Ahora lo que nos interesa a nosotros es saber la opinión de la Biblia misma acerca de su naturaleza y espíritu.La Biblia es humana/divina. Humana en cuanto a que los hagiógrafos[6] fueron seres humanos al igual que usted y yo, que registraron los hechos que aparecen en la Biblia desde su contexto social, sicológico, económico, histórico, familiar y religioso. Y a la vez es Divina porque el Espíritu Santo inspiró a estas personas. Desde este punto de vista debemos marcar un principio fundamental al leer la Biblia, su naturaleza Divino/Humana o viceversa.El concepto correcto para referirse al ser humano es desde una perspectiva holística[7] es decir, “como un todo”. Es así como lo entienden los hagiógrafos, y es así que debemos entenderlo nosotros. Somos “Seres vivientes” no “espíritus presos”. Cuando pecamos lo hacemos enteritos, o ¿usted ha visto una lengua que salga de su boca y vaya sola a murmurar de su prójimo?, peca el ser completo y la vez si nuestra fe está puesta en Jesucristo, el Verbo Hecho Carne, somos salvos enteros.Llegamos entonces al texto, después de aclarar un punto que me parece fundamental en su lectura. Leamos de manera integral el texto de Génesis 22: 1 en adelante.Abraham es esposo y padre. ¿Se ha puesto a pensar lo difícil que fue para él esta situación? Dios le dice en el verso 2: “Toma ahora a tu hijo, tú único, Isaac, a quien amas y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en Holocausto sobre uno de los montes que yo te mostraré” (RV 1960). Con cuántas ansias esperaron Abraham y Sara a Isaac. A la fecha de este estudio mi esposa Karen y yo estamos “embarazados”, acabamos de enterarnos que son ya 3 meses y 3 días (¡¡¡Faltan 6 meses aún!!!). Los planes que ya tengo para mi hijo/a van ya por el cumpleaños 17 de él/ella. ¡Imagínese a los viejitos Sara y Abraham!. Y resulta que ahora el mismo Dios que se los dio, se lo pide a Abraham en sacrificio. ¿Qué Dios extraño? ¿Le ha pasado a usted que al rato de recibir un bendición Dios se la pida de vuelta? ¿Le ha ocurrido que aquél único ahorro que usted tiene de pronto siente ofrendarlo?Como padre me imagino que al viejo Abraham le han pasado muchas ideas: ¿Y será que a mi edad escucho voces? ¿No habrá sido el carnero que cené que me hace escuchar locuras? ¿Será que Dios se equivocó y en realidad escuché mal las instrucciones? ¿No le pasará por la mente a Abraham pedir confirmación? Yo les aseguro que estaría pidiendo confirmación si Dios me pidiera algo como esto!!!Desde el punto de vista de esposo, me imagino que la tarea que le queda a Abraham de explicarle a Sara lo pedido por Dios no era tarea fácil. En definitiva el panorama al hacer una lectura integral o contextualizada si se quiere, del texto enriquece dicha tarea.Lo primero que concluyo es que “Dios no necesita intelectualoides de la Fe, sino Creyentes”. Fe en el antiguo y nuevo testamento es compromiso. Se define la fe desde la “esfera de lo pactual”, es decir, el que cree tiene un pacto con Dios. La fe es dar el paso a pesar de que el terreno no se nos presente de la mejor forma. Es decir “puedo hacerlo” cuando todos dicen que no se puede. Al creyente solo le basta la orden de su Señor.La vida del creyente está en la tensión promesa – realización, entre ambas la fe. Dice Croatto: “La respuesta humana condiciona la forma de la continuidad del plan salvífico” (Croatto 43:1995). Es decir, nuestras opciones, lo que realizamos a diario incide en lo que Dios tiene planificado para nosotros.En Moriah Dios nos recuerda que la fe es entrega total.

MONTE CARMELO[8]. Lugar de santificación. 1 Reyes 18: 19ss

La escena es simplemente notable. Acab[9] sale al encuentro del profeta Elías que va rumbo a su encuentro en Samaria (1 Reyes 18: 1ss). La petición de Elías era simple: “Congregar a todo Israel y a todos los profetas de baal en el monte Carmelo”. Ahora, la petición de convocatoria tiene la intención de que Israel se decida o por baal o por Jehová (1 Reyes 18: 21). Israel debe optar por uno de los dos, en vez de andar “cojeando” entre ambos.En este monte hay que tomar decisiones. Es el momento en el cual Dios nos llama a santificación. Como creyentes nuestras vidas tienen que decidirse entre seguir con Dios, ser cristianos, discípulos/as de Cristo o seguidores del Diablo, del pecado y la injusticia.Elías ora en el verso 36, pidiendo al “Dios de los padres” (Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob) que consuma el holocausto. La referencia a Dios de esta manera tiene una lectura muy significativa y apologética[10].Por un lado está baal y por el otro Jehová (el Dios de los padres). Baal no tiene historia, no ha hecho nada por Israel. La religión de baal es la de la fertilidad, del sexo, de la muerte-resurrección. Tiene sus sacerdotes y sus profetas, sus santuarios (en palestina muchos de los cuales le fueron quitados a Jehová) y sus ritos. ¿Cómo no iba a ser venerado en Israel, zona de montañas, tierra de cereales, olivares y viñedos? La pregunta siguiente es ¿Quién es Jehová para Israel? ¿Qué ha hecho Él por el pueblo? ¿Qué autoridad tiene sobre la espiritualidad y moralidad de Israel?Elías responde: Jehová tiene historia con su pueblo. A pesar de los cultos a baal ninguno de ellos pudo traer lluvias sobre las áridas tierras de palestina. Los Israelitas debían reconocer a Jehová como su único Dios, porque sólo Él los había elegido como pueblo y formado como nación. La santidad pasa por reconocer el señorío de Cristo sobre nuestra vida de forma completa.No sirve cojear. Hay solo un camino; entregarnos a Jesús completamente. El Monte Carmelo es el lugar donde Dios santifica a su pueblo, es el lugar donde el seguidor de Cristo deja la idolatría y permite que el “Dios de las promesas” el “Dios con historia” dirija su vida.
MONTE DE LOS OLIVOS[11]. Lugar de intimidad con Dios. Sn. Juan 7: 53 – 8: 1.

Sin duda que este monte es muy importante para la vida de Jesús y sus discípulos en los 3 años y medio aproximadamente que duró su ministerio en las tierras palestinas. Es un monte recurrente para los que regularmente viajan hacia Jerusalén desde el Norte. Para Jesús fue un lugar de retiro.En un mundo como el nuestro, agitado, lleno de compromisos, que va da allá para acá sin freno alguno, los momentos de soledad, o más bien de retiro son como un “Oasis en el desierto”. ¿Cuántas veces al año usted retira un tiempo para estar con los seres que ama? ¿Cuántas veces planifica salir un fin de semana con su esposa/a hijos/as y estar solos como familia? ¿Se ha escapado en este año con la persona que más ama para estar a solas en un lugar tranquilo? Perdone que no sea optimista pero creo que son pocas las veces que respondemos positivamente estas preguntas. No me refiero al típico fin de semana en la plaza o parque, o a la playa en el verano, sino a ese momento íntimo que tiene con la persona que ama en donde existen solo usted y él/ella.¡Cuánto más con el Señor! La gran diferencia entre un líder y otro es el tiempo que pasan con su Señor. Se puede decir que gran parte de los fracasos en ministerios es porque se dejó de lado la intimidad con Dios. ¿Ha escuchado la voz de Dios en este día? ¿Ha experimentado el abrazo del Padre hoy?Jesús, el Verbo encarnado, previo a su entrega total en la cruz pasó tiempo con su Padre en el Getsemaní (huerto ubicado a las faldas del monte de los olivos). ¿Quién más que Él como modelo?El monte de los Olivos nos recuerda algo muy importante: la intimidad con Dios.
CONCLUSIÓN.
MONTE DE SIÓN. Horizonte de esperanza. Apoc. 14: 1-5.
Dejamos para el final el monte de Sión, que es el monte en el cual desembocan todas las ideas expuestas a lo largo de este escrito: conversión, prueba de fe, santificación y intimidad con Dios. El monte de Sión es el monte definitivo, es el puerto último al cuál se dirigen los hijos de Dios. Juan ve a 144.000[12] sellados que están el monte Sión junto al Cordero que está de pie (vencedor). Es el monte en el cual la Iglesia de Jesucristo, que a lo largo de toda la historia ha creído fielmente y se ha guardado pura para su amado.Sión es el albo escatológico[13]. Es el monte al cual pretendemos llegar, no por nuestro esfuerzo sino por los méritos del cordero de Dios; Jesucristo.Hemos paseado por las Escrituras en clave de “montes o montañas”. La hemos tratado de leer contextualmente, sacando insumos pastorales para hoy.Las montañas son para subirlas. Nos quedan tareas que cumplir. Subir al Sinaí, encontrarnos con Abraham e Isaac en el Moriah, purificarnos en el Carmelo, escuchar a Dios y amarle en el Monte de los Olivos y esperar “activamente” el encuentro con nuestro amado en el monte Sinaí.
Que Dios a través de su Espíritu nos ayude cada día a ser mejores cristianos/as.
Apuntes
[1] Una montaña (Éxodo 19:20), Horeb. Fue allí donde Dios se reunió y habló conMoisés y le dio la ley (19:3). La única visita posterior a la montaña registrada en las Escrituras es la de Elías cuando él huyó de Jezabel (1 Reyes 19:8). Diccionario Bíblico mundo Hispano. J.D. Douglas, Merrill C. Tenney. Editorial Mundo Hispano, 2003. CD. Biblioteca Mundo Hispano.[2] Una tierra o distrito donde se le dijo a Abraham que ofreciera a Isaac (Génesis 22:2). La tradición judía lo ha identificado con Jerusalén; la tradición samaritana lo identifica con el monte Gerizim. De acuerdo con 2 Crónicas 3:1, Salomón edificó el templo en el monte Moriah donde Dios se había aparecido a David (1 Crónicas 21:15—22:1). No hay seguridad de que sea el mismo monte Moriah mencionado en el relato de Abraham. Íbid. P.p. 1.[3] Herejía de los primeros siglos cristianos, común a ciertos gnósticos y maniqueos, según la cual el cuerpo humano de Cristo no era real, sino aparente e ilusivo. (Real academia Española. www.rae.es.[4] http://www.cibernous.com/autores/platon/teoria/etica/etica.html[5] (427 adC/428 adC347 adC). Platón nació en Atenas, (o en Egina, según otros, siguiendo a Favorino), de familia perteneciente a la aristocracia ateniense, que se reclamaba descendiente de Solón por línea directa. Su verdadero nombre era Aristocles, aunque al parecer fue llamado Platón por la anchura de sus espaldas, según recoge Diógenes Laercio en su "Vida de los filósofos ilustres", anécdota que ha sido puesta en entredicho. Los padres de Platón fueron Aristón y Perictione, que tuvieron otros dos hijos, Adimanto y Glaucón, que aparecerán ambos como interlocutores de Sócrates en la República, y una hija, Potone. http://www.webdianoia.com/platon/platon_bio.htm.[6] Escritores sagrados.[7] Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen. Íbid p.p. 3.[8] La montaña prominente que sobresale y entra en el mar Mediterráneo justo al sur de la moderna ciudad de Haifa y directamente al oeste del mar de Galilea.[9] Acab (heb., ’ah’av, hermano del padre). 1. Hijo de Omri y séptimo rey de Israel, el reino del norte, reinó 22 años (873-851 a. de J. C.). Políticamente, Acab fue uno de los reyes más poderosos de Israel. Bajo su reinado Israel gozaba de paz con Judá y mantenía su dominio sobre Moab, que pagaba un tributo considerable (2 Reyes 3:4). Salió a batalla en tres ocasiones diferentes en sus últimos años contra Ben-hadad, rey de Siria. Aunque tuvo grandes triunfos en sus dos primeras campañas, fue derrotado y herido mortalmente en la tercera. Acab debe su prominencia en el AT a la apostasía religiosa ocurrida en Israel durante su reinado. De él se dijo que hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, más que todos los que habían reinado antes de él (1 Reyes 16:30) y no hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, pues su mujer Jezabel lo incitaba (1 Reyes 21:25). Su matrimonio con Jezabel, hija del rey de los sidonios, era políticamente ventajoso, pero religiosamente desastroso. Jezabel introdujo la adoración idólatra de Baal en Israel y las orgías licenciosas de la diosa Asera. También instituyó una dura persecución contra los seguidores del Señor y mató a todos los profetas del Señor, con excepción de 100 que Abdías escondió (1 Reyes 18:4; cf. 19:14)… La corrupción religiosa de Acab era tanta como su amor por la riqueza material y ostentación, p. ej., su palacio de marfil detalladamente ornamentado 1 Reyes 22:39). Codició la viña de Nabot y la consiguió (después que Jezabel consiguiera que testigos falsos testificaran contra Nabot y que lo hiciera apedrear hasta morir). Por este crimen, Dios dijo que toda la posteridad de Acab sería cortada 1 Reyes 21:21), de la misma manera que en las dos dinastías anteriores, las de Jeroboam y Baasa. Esta profecía de Elías (1Reyes 21:19) se cumplió al pie de la letra con el hijo de Acab, Joram 2 Reyes 9:24-26) y en parte con Acab mismo 1 Reyes 22:38). La ejecución de la sentencia, sin embargo, fue demorada por el arrepentimiento de Acab (Reyes 21:27-29). Acab también pecó al no discernir la voluntad del Señor, perdonando al vencido Ben-hadad de Siria (1 Reyes 20:20-43). La predicción de su propia muerte (1 Reyes 20:42) se cumplió cuando fue muerto en batalla en Ramot de Galaad (1 Reyes 22:34). Íbid. P.p. 1.[10] Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. Íbid. P.p. 3.[11] Su cumbre es aplanada, redondeada, con cuatro cimas identificables. Su nombre deriva de las plantaciones de olivos que la cubrían en la antigüedad. Probablemente el huerto de Getsemaní estuviera ubicado cerca del pie del monte de los Olivos, en la ladera occidental sobre el Quedrón. Aparentemente, en el NT el lugar era una zona de recreo para aquellos que deseaban escapar del calor de las calles de la ciudad, repletas de gente. El monte, además de ser un lugar ventajoso desde el punto de vista táctico en tiempos de guerra, en tiempos de paz era una ruta de entrada a Jerusalén. Fue la ruta que tomó David cuando escapaba de Absalón al producirse la rebelión en el palacio (2 Samuel 15:30; 16:1, 13) y, significativamente, fue la ruta que siguió Cristo al entrar en Jerusalén el domingo de Ramos. Desde su cumbre Jesús vio la ciudad (Lucas 19:41), y sus visitas al hogar de María, Marta y Lázaro seguramente lo hacían pasar con frecuencia por ese lugar (Lucas 21:37). Es posible que la higuera estéril que fuera utilizada como ejemplo objetivo en la impactante lección sobre la vida sin frutos, haya estado en las laderas de este monte (Mateo 21:19). Allí también pronunció Jesús sus palabras apocalípticas, inspiradas sin duda por la visión desde lo alto del monte de la Jerusalén condenada (caps. 24, 25). Íbid. P.p. 1.[12] Representan a los creyentes que han permanecido fieles. El número 144.000 es 12 X 12 X 1.000. Es símbolo de Totalidad. Comentario Biblia del “Diario vivir” RV 1960. Pág. 1825.[13] Término que define a las doctrinas que tratan acerca del fin de los tiempos. O. Cullman define la teología como “el ya pero todavía no”.
BIBLIOGRAFÍA:
Severino Cratto. Historia de Salvación. 1995. Editorial Paulina.http://www.rae.es/RAE/Noticias.nsf/Home?ReadFormBiblioteca Mundo Hispano. 2003. Cd.

miércoles, 1 de julio de 2009

El poder de las palabras...

La historia es bien conocida, pero les recomiendo leerla: San Lucas 24. 13-35. Trata de dos hombres seguidores de Jesús que caminan a Emaús (una aldea ubicada al Norteste de Jerusalén a unos 11 Km apróx.), uno de ellos se llama Cleofas, del (la) otro(a) solo sabemos sus dudas y decepciones. Según el buen médico y ahora evangelista Lucas, la historia se desarrolla después de que unas mujeres seguidoras de Jesús, le informan a los apóstoles que el “maestro no estaba en el sepulcro”, que ha “resucitado”, que unos ángeles primero lo anunciaron, y después Jesús mismo, ahora con un cuerpo distinto, lo confirmó. Por inferencia clara del texto, estos dos caminantes participaron del informe de esta noticia.Van caminando por las rutas polvorientas y empedradas como es común en esas tierras. Con calor, quizás cansados de todo lo que habían pasado, decepcionados tal vez por haber depositado su confianza en un salvador derrotado, en un libertador crucificado, en un maestro que hacía ya tres días estaba muerto. Iban hablando de esto y de lo otro cuando de pronto alguien se les acerca y camina con ellos. Es Jesús, pero ellos no lo saben.Se interrumpe la conversación cuando Jesús pregunta, ¿De qué hablan?, Cleofas sorprendido le reprende por no manejar la información que todos sabían, al de Jesús el Nazareno, el profeta y milagrero, que se atrevió a confrontar al sistema religioso de su tiempo, el que decía que de los niños es el reino de los cielos, y no de una manga de viejotes, amigos del poder, que por saberse unas cuantas leyes de memoria se creían la voz de Dios en la tierra. El mismo que cuenta historias que hacen reír al pueblo y enojar a los religiosos, el mismo que conversa con la prostituta de Samaria y se atreve a interpretar la Ley en la Sinagoga, el mismo que se sirve una copa de vino (con alcohol) y al rato anda sanando leprosos y resucitando muertos, el mismo que salvó a tantos, el mismo que mataron.Sin más preámbulo Jesús les para el carro. ¿Acaso no tenía que pasar todo esto? Y empieza la cátedra in situ de una extensa cristología, empezando con Moisés hasta llegar a los profetas, más que mal 11 km a pie, buey, camello o mula, subiendo y bajando, daba tiempo como hablar en extenso.Me quiero detener en la pregunta que se hacen estos caminantes luego que Jesús desapareciera de la escena del verso 31: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino y cuando nos abría las Escrituras? Yo creo en el poder de la palabra. Por ahí el teólogo brasilero Rubem Álves y en sintonía con los nuevas tendencia en los estudios ontológicos del lenguaje, dice que la “la palabra crea mundos”, “las declaraciones modifican la realidad” dice Rafael Echeverría, las palabras tienen el poder, a los pies de Jesús, de dar Vida (eso lo digo yo). ¿Qué efecto producen tus palabras al conversar? ¿Dejas marcas? ¿Positivas o negativas? ¿De qué fue tu última predicación? ¿Te pareces a Jesús cuando hablas?... dice un proverbio: “la vida y la muerte están en el poder de tus palabras” (paráfrasis mía).No quiero dar principios de cómo deberías hablar, ni puntualizar los matices semánticos del texto que menciono, solo deseo provocar en ti un deseo de hablar distinto. Te invito a crear mundos, a modificar la realidad, te invito a encender corazones. Emmanuel F.