sábado, 2 de junio de 2007

Cuida que tu Luz no se convierta en oscuridad. Introducción a la Espiritualidad Cristiana. por Emmanuel F

INTRODUCCIÓN

Þ La tarea que nos compete hoy es muy importante. La urgencia de llevar el mensaje de Jesucristo es la preocupación que debe quitarle el sueño a la Iglesia. Pero la sola urgencia no certifica la autenticidad de este mensaje, sino que tal mensaje debe emanar de la Palabra. Todo lo que hagamos como creyentes debe ser impulsado por la Palabra y sostenido por el Espíritu. Por esto el tema de la “espiritualidad” es necesario tratarlo, ya que es la base sobre la cual la Iglesia es lo que es. Una Iglesia pobre en espiritualidad, es una Iglesia condenada a la petrificación, más una Iglesia viva en espiritualidad es una Iglesia que hace la diferencia.
Þ Definamos espiritualidad como “el conjunto de ideas y prácticas referentes a la vida espiritual”. Digamos que “espiritualidad” todos tenemos desde que aceptamos a Cristo: nos congregamos, oramos, cantamos, danzamos, ungimos, predicamos, etc. Ahor5a, nuestra tarea es meditar desde las escrituras si tal “espiritualidad” es la que Dios quiere que realicemos.
Þ La primera cosa que debemos tener en claro es que la espiritualidad es viva, es dinámica y es testimonial. Es viva porque emana de un Dios vivo. Cada acto que yo realice espiritual debe provocar movimiento, acción y frutos. La meditación, la oración, el ayuno, el estudio, el servicio, la confesión, la adoración, la celebración, entre varias disciplinas espirituales, deben producir algo provechoso para la vida del o la creyente. En segundo lugar, es dinámica porque conjuga una serie de elementos. Las disciplinas deben ser acciones que se comuniquen, por lo menos en la práctica debe ser así. El estudio y la oración deben estar comunicados. El estudiante de la Biblia si quiere ver que su estudio aporte en la obra de Dios, tiene que ser una mujer o un hombre de oración. En tercer lugar, la espiritualidad es testimonial, ya que si creo que estoy llevando una vida en el espíritu, tal vida debe ser un testimonio a otros, es decir, tengo que parecerme cada vez más a Cristo.
Þ Veremos entonces algunos puntos que nos lleven a reflexionar acerca de este tema. En primer lugar veremos “Los peligros de la espiritualidad Cristiana”. Ya no es la Inquisición o la Iglesia Católico Romana la que persigue a los evangélicos, sino que ahora son cosas mucho más sutiles al ojo humano las que están corrompiendo una espiritualidad de acuerdo a la Palabra. En segundo lugar veremos algunos textos que iluminen de manera general nuestra espiritualidad en “Bases Bíblicas para una espiritualidad Cristiana”, para terminar en un tercer punto con “Fe – Amor – Esperanza” como tres elementos que me parecen que son la base para una “vida en el espíritu”.
ÞPero antes, leamos Lucas 11. 35. para darle el tenor a esta reflexión. En primer lugar tenemos que reconocer la obra de Lucas. El evangelio de Lucas es uno de los más tardíos en relación con Marcos y Mateo, solo Juan lo supera. El libro de los Hechos y el evangelio de Lucas forman una unidad. A grosso modo digamos que en Lucas está presente la “universalidad” del evangelio. Este texto en particular, Lucas lo ubica dentro del último viaje de Jesús; el “Viaje a Jerusalén”. Esto es muy importante ya que las palabras pronunciadas durante este viaje son las “últimas” que Jesús en carne y hueso, dirige a sus discípulos. En definitiva vienen a ser “Lo que Jesús dijo antes de morir”. Entonces, el tenor es especial, ya que Jesús resalta la idea de la “autenticidad” del seguimiento. Lucas a la vez que rescata esta palabras de Jesús, está predicándole a la comunidad a la cual escribe acerca de estas mismas palabras. Es decir que la idea de todo evangelista es la siguiente “Escribo esto para recordar lo que Jesús hizo, tomando en consideración lo que la Iglesia necesita escuchar. Los evangelios son algo así como “cartas pastorales”.
Þ La “luz” se puede traducir como “fuego” y “oscuridad” debe tomarse no tanto como ausencia de luz, sino como el “reinado de las tinieblas”. La pregunta es simple ¿si no estamos predicando a Cristo, de quien estamos hablando?. Estas palabras de Jesús, preservadas por Lucas deben incomodarnos, por lo menos llevarnos a analizarnos como creyentes. No vaya a ser que de nuestra boca o actos digamos “no creo ni esto ni lo otro, sino todo lo contrario”.

LOS PELIGROS DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

Þ La superficialidad es la maldición de nuestro tiempo. Hoy en día todo se juzga por las apariencias. Instrumento de esta superficialidad está la moda. Por ejemplo, la moda hoy es tener padres divorciados. La niña que quiere entrar en un cierto círculo tiene que necesariamente vivir con su papá o con su mamá, en ningún caso los dos juntos. Otro ejemplo es vestirse los más desgarrado posible. Con poleras de una sola manga, pantalones con cortes a la altura del glúteo, pantalones a la cadera, cortes de pelo lo más parecidos a los chicos y chicas de ROJO. ¿O usted sabe de alguien que quiera vestir como el pastor o la pastora?. La moda en la iglesia hoy es predicar sermones bajados de internet. Ya pasar horas en oración, quemándose las pestañas leyendo la Biblia, comentarios, libros especializados, no es parte de la moda. Ahora hay que predicar como Cach Luna, Dante Gebel., etc... esto es lamentable. ¿De qué estamos hablando? Diría un personaje de la tele... Si uno no se da cuenta de estas cosas, es porque no nos estamos preocupando de leer a la luz de la Palabra, los tiempos en que vivimos.
Þ Así como la superficialidad es la maldición de nuestro tiempo, la PROFUNDIDAD es la cura a esta maldición. La humanidad hoy necesita gente profunda. Gente que al abrir su boca estremezca su entorno (pero no precisamente por su aliento, sino por el contenido de sus palabras). Hoy Dios necesita gente que le dé la espalda a la mediocridad, personas que tengan un corazón dispuesto a servir. El sistema está hecho para gente mediocre. Si uno en Chile trata de ser alguien en la vida, el de más arriba se encarga de no permitirle el espacio para subir, y el de más abajo lo chaquetea, y el que está al mismo nivel que usted por envidia, a la primera le pega la desconocida... pero hay una buena noticia, Dios la ha llamado para que sea vencedora, para venza la superficialidad y la mediocridad.
Þ Las palabras del texto que hemos leído al principio son claves: “Cuida que la luz que hay en ti, no se convierta en oscuridad”. La única manera que esa luz se mantenga viva es sumergirse en las profundidades de Dios. Esto implica riesgos ¿está dispuesto a correrlos? Esto implica incomprensión, soledad, lágrimas, pero también alegría, bendición y más aún: SALVACIÓN.
Þ Lo primero que tenemos que entender es que somos unos “mal educados”. Rom. 7. 14 - 24, nos deja bien en claro que el chip instalado desde que nacemos, viene con un virus llamado “pecado”. El ser humano está en constante aprendizaje, en constante formación. Y dependiendo hasta qué punto hemos profundizado en Dios, es que nuestra formación es para muerte o para vida.
Þ Veamos lo que dice Isaías 57. 20. Interesante es darle sentido a Lava y Lodo. Hay personas que conversando con ellas o mirando sus actos nos damos cuenta lo vacío y desorientado es su manera de vivir; producen Lava y Lodo.
Þ Hay una manera de actuar diferente. La Biblia le llama “andar en el Espíritu. Toda disciplina que practiquemos, ya sea individual o comunitaria, tiene que desembocar en una vida transformada, una vida que irradie la luz de Cristo. Leamos Gál. 6. 8.
Þ Una vida en el Espíritu requiere tiempo. Aquí podemos identificar otra maldición de nuestros tiempos: la inmediatez.
Þ Podríamos analizar el fraude que está hoy en la mesa de debate y reflexión a nivel de país: “los quesos mágicos”. El tema de fondo es “ganar dinero en el menor tiempo posible”. Identifico que hoy existen movimientos dentro de nuestras iglesias que tienen un discurso muy parecido al de la seudo francesa más famosa de nuestro país “¡¡¡ofrende 1000 pesos y Dios le dará 10000!!!” “¡¡¡Compre un frasquito de este aceite sacado del olivo que se ubica frente a la cruz en donde fue crucificado Jesús, y recibirá la unción de Cristo en menos de 24 horas!!!”... y podríamos seguir identificando frases que ofrecen una fe instantánea, inmediata.
Esto es algo peligroso. Cuando la ideología inmediatista hace nido en nuestra mente, empieza la angustia en nuestro corazón. ¡¡¡Cuánto debemos aprender de nuestra gente de campo!!! Ellos y ellas saben que entre la siembra y la cosecha hay un tiempo, que hay un proceso en que la semilla pasa, para convertirse en fruto.

Þ Necesitamos hoy cristianos(as) profundas y que siembren en el Espíritu.


BASES BIBLICAS PARA LA ESPIRITUALIDAD

Þ La Iglesia, es decir los creyentes en Cristo, son la prolongación de Cristo en la tierra. Esta es la base de la identidad que debe siempre buscar aquel que se hace llamar Cristiano o Cristiana. No existen músicos, cocineros, empresarios, arquitectos, abogados, etc. Que por ser tales se excusen de vivir un estilo de vida distinto a lo que significa ser discípulo de Jesús. Si la imagen de Jesús que es la LUZ en medio de las tinieblas, no es lo que refleja la Iglesia, es por que hemos dejado de ser la prolongación de Cristo en la tierra.
Þ Para que nuestra espiritualidad refleje a Cristo, debemos tener en claro las siguientes cosas:
a) Nuestra ubicación. El cristiano se ubica entre la resurrección de Cristo y su final venida. Ha y distintas opciones que podemos tomar. Una de ellas es sentarnos frente a las puertas de nuestras Iglesias y esperar que Cristo venga. Otra es, quedarnos en nuestros hogares lamentándonos de la situación en que vive nuestro mundo. Estas dos opciones mencionadas son las que iban a tomar los discípulos de Cristo al contemplar como Jesús, después de su resurrección, ascendía al padre. Hechos 1.9 – 11. este texto nos relata una escena dramática de Jesús y sus discípulos, detengámonos en la pregunta de Jesús: ¿porque miran al cielo?. Esta pregunta es fundamental para nosotros hoy, ya que configuramos nuestra vida espiritual enfocándonos solamente en producir una vida contemplativa. “Mirar al cielo” significa, construir una espiritualidad individualista y desencarnada. Jesús reprende a sus discípulos y les dice “Vayan a anunciar la buena noticia”. Desde la reprensión de Jesús, es que nosotros debemos construir nuestra espiritualidad. Esto es, nuestra oración, nuestros ayunos, nuestra adoración, canto, danza, profecía, entre otras expresiones espirituales deben ser una señal de que el reino de Dios está entre nosotros.
Entre la resurrección y la venida final de Jesús, el cristiano y cristiana debe producir frutos.
b) Frutos. Gálatas 6.8-ss. Pablo utiliza la metáfora de la siembra y cosecha para explicar la vida del creyente en Cristo. Es simple, el que siembra en el pecado, cosecha muerte, y el que siembra en el espíritu, cosecha vida.
c) Parábola del sembrador. Lucas 8.4-8 y 11-15. esta parábola nos enseña a identificar la buena tierra. Hay que dejar en claro que se puede ser buena tierra, es decir, hay una responsabilidad de parte del ser humano, de ser una buena tierra. Me he preguntado muchas veces, porque hay gente que va de Iglesia en Iglesia y lo que es peor, muchos se van de la Iglesia definitivamente. La respuesta está en la parábola: algunas vidas eran camino, otras eran piedras, y otras eran espinos. Excusas en la vida hay muchas para justificar de todo, pero lo que no se puede justificar, es darle la espalda a Dios. Tenemos que ser buena tierra, para resistir las preocupaciones de la vida, el dinero y los placeres.


FE - AMOR - ESPERANZA

ÞVeamos ahora, tres pilares sobre los cuales, el cristiano y la cristiana deben construir su espiritualidad.

FE

Þ¿QUE ES FE? Antes de citar el texto de Hebreos, pensemos un poco en darle sentido a la definición de Fe. La Fe nos eleva a la orbita en la cual se mueve la acción constante de Dios para salvarnos. La fe es la pala con la cual cavamos hasta encontrar las profundidades de Dios. La fe es el abono por el cual la tierra se nutre y se prepara para recibir la palabra. La fe también es obediencia: Flp. 2.8; Rom. 15.3; Heb. 5.8 y ss. Estos textos, nos muestran el camino que siguió Jesús y, que por lo tanto, debe seguir el Creyente. El contenido de la fe lo da la PALABRA.

AMOR

Þ ¿QUE ES AMOR?. El amor es lo que nos une a Dios, a través de Jesucristo. El amor, echa afuera el temor, según el viejo Juan, el temor a quedar solos, el temor a no ser amado, el temor a ser olvidados, fue vencido en la Cruz. El amor es la capacidad de cumplir nuestra vocación y es la fuerza que articula los dones en la iglesia (parábolas del buen samaritano)

ESPERANZA

Þ ¿QUE ES LA ESPERANZA?. La esperanza es lo que nos impulsa hacia la meta, que es encuentro con Cristo. Esperanza no es lo mismo que expectativa, ya lo vimos en la escena de Jesús y sus discípulos, en donde, la reprensión de Jesús produjo esperanza. La esperanza nos alegra. La esperanza nos lleva a soñar, los sueños de Dios. Entre la promesa de Dios y la realización de esa promesa, está el proceso de Dios, que se caracteriza por pulir la vida del creyente en esperanza.



CONCLUSION

Para producir una espiritualidad verdaderamente cristiana, debemos considerar nuestro entorno, ser capaces de leer nuestra historia a la luz de la palabra y confrontar las ideas y acciones que se opongan al reinado de Dios. Toda disciplina espiritual, se debe considerar como instrumento de transformación desde el poder de Dios. Tenemos que ser buena tierra, y esto no es otra cosa que valorizar la vida que Dios nos a dado. Ser espiritual no significa un título que se logra por el tiempo que llevamos en el evangelio, sino por los frutos que damos en el evangelio.

La fe, el amor y la esperanza son bases que se intercomunican para producir una espiritualidad auténtica. Estos tres elementos deben estar presentes en el momento de la cosecha.
Leon Tolstoi dice, “todos piensan en cambiar la humanidad y nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.

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